domingo, 10 de enero de 2016

La construcción de un sueño

La anochecida previa a la Nochebuena supuso un giro a su vida. Ese día los cristianos celebramos la fiesta de la Virgen de la Victoria. Y el que está sentado en su capilla de la calle San Jacinto sabe escribir con renglones torcidos.

Nada haría pensar en ese 23 de diciembre que iba a comenzar la construcción de un sueño. El sueño de una niña de larga melena que había cruzado apresurada muchas veces el puente en busca de los materiales necesarios para cimentar lo que hoy día es una empresa consolidada.

Y de repente esos renglones torcidos iban a comenzar a marcar los renglones de la Victoria de la niña que ahora no iba a cruzar el puente, sino que se iba a recostar durante horas en una barandilla a la espalda del Belmonte en el que jugueteaba de pequeña para contar personas. 

Si, a contar personas. A poner en su imaginario los anhelos, las dudas y las ilusiones.
Y en ese conteo comenzó la construcción de un sueño. Este es el relato de lo vivido, lo sentido, lo sufrido y porqué no, lo disfrutado.

En el principio hubo dudas, o más concretamente, grandes dosis de prudencia. La empresa no era fácil, pero el reto apasionante.

La noche de la ilusión, dos beduinos del Rey Baltasar lanzaban un puñado de caramelos sobre la fachada aún anónima. Era el mejor bautizo que se podía hacer. ¿Se puede bautizar con algo mejor que el caramelo que hace feliz a un niño? Pues así se bautizó este sueño que ya cumple un año en el corazón de Triana.

Finalmente un 9 de enero se rubrica un proyecto desde la atalaya de privilegio que es el mirador de la casa que es santo y seña del Altozano y a cuyos pies se iba a fraguar una historia apasionante.

Decía Machado que se hace camino al andar y al mirar atrás se ve el camino que no se ha de volver a pisar. Un año después miramos atrás y recordamos ese local vacío de rojas columnas. El mismo que semanas antes escudriñábamos en unas fotos recibidas por mail con un plano sobre el que planteábamos una y otra distribución con la que conseguir encajar el sueño que iniciábamos.

Y con la velocidad de un pincel sobre el óleo para convertir el lienzo en alegre colorido llegaron los pintores, unos modestos mostradores blancos, las bolsas azules de Ikea que sobre nuestras espaldas cargaban los primeros artículos que hacían la mudá desde la tienda chica hasta el Altozano. 

Y las visitas fugaces al laberinto de Ikea en Castilleja para buscar elementos que convirtieran una desvencijada habitación en un escaparate decoroso. Y la sala de ventas en un lugar digno donde exponer los artículos.

Y también llegaron los maniquíes que nos regaló el otro Corte Inglés, el de la Plaza del Duque, porque el Corte Inglés de los nazarenos era el sueño que estábamos construyendo. Y como los Reyes se dicen entre sí primos. A nosotros los primos de la Plaza del Duque nos trajeron sus cuatro maniquíes, que por aquello de la igualdad son dos mujeres y dos hombres por si no se habían dado cuenta.

Y con los maniquíes y dos cajoneras blancas diseñadas por un noruego vaya a saber usted dónde se montaba el primer escaparate en el corazón de Triana. Ese escaparate tenía la frialdad de una incubadora entre las blancas paredes de un hospital, pero poco a poco fue creciendo, haciéndose mayor hasta llegar a hoy, donde tiene el calor y el color de la madurez acelerada con la que ha crecido. Y el escaparate ya define un estilo de hacer las cosas lleno de sevillanía. No en vano Curro nos ha apodado como el “Foronda de Triana”.

Hubo momentos de dudas e incertidumbres en esos últimos días de enero por el reto asumido, pero era mucho mayor la ilusión y el sueño. Y así llegó la primera venta. Aún no habíamos abierto al público cuando una mujer pidió el cd de la Banda de Las Tres Caídas de Triana. Lo había en muchos sitios, pero ella insistió:

* "Quiero llevármelo de aquí, del Altozano en el corazón de Triana"

Sin querer nos estaba señalando una de las claves: el lugar elegido era el mejor cahiz de tierra para hacer realidad el sueño que veíamos en las retinas mientras contábamos personas a la espalda de Belmonte.

Y la tienda comenzó a ponerse en marcha. Ahora cuando ha pasado un año miramos hacia atrás y vemos lo rápido que pasa el tiempo y con cuanta intensidad se ha vivido.

La Casa Del Cofrade fue en esos comienzos más casa que nunca. Se puede decir que durante semanas vivíamos entre sus paredes, dormíamos y amanecíamos en el Altozano. Dice la leyenda que en ese local junto al mercado de Triana habita la “niña de la comunión”.

Una leyenda sin duda, pero lo que es una realidad es que allí habitó semanas enteras la niña que corría en pijama al baño y que renunció a comodidades de todo tipo para demostrar que los sueños se cumplen.

Comíamos con esos guisos que nos traían los abuelos. Y cenábamos ese adobo tan de Triana que algún estrago hizo en nuestra forma física. Pero algún desliz había que tener.

Y llegaron los turistas de mañanas de sábado y domingo que nos descubrieron una nueva visión del negocio que cumplía medio siglo. 
Y llegó una noche del 24 de febrero –tenía que ser 24- en que inauguramos de forma oficial y solemne con el alcalde de Triana y los más cercanos y allegados. Y de nuevo el recuerdo y la memoria de dónde venimos. De esa calle Pureza, de Rodrigo de Triana y de las capas cortadas en el suelo del viejo dormitorio familiar en los altos del Bar Santana.


El Altozano comenzaba a brotar día a día pero con el rabillo del ojo aun había que estar atentos a la tienda chica. Allí seguía el pozo de la sabiduría que es Anita Amores, su madre, y el pozo de la serenidad que es Sandra, su leal compañera.

Ellas saben mejor que nadie de su esfuerzo, de su empeño en desdoblarse a una y otra tienda.

Cuando la ciudad bulle ruidosa en Los Remedios era el momento elegido para de forma silenciosa, sin hacer ruido, cerrar una etapa, una década labrada también con mucho esfuerzo. 

Y la tienda chica de la calle Pagés del Corro pasaba a la historia, a la memoria colectiva de miles de nazarenos que allí vistieron su primera túnica.

En plena explosión de la primavera sevillana, en Feria de Abril, el sueño se había hecho realidad. La Casa Del Cofrade, en el corazón de Triana era la gran Victoria de esa niña de larga melena que de pequeña cruzaba apresurada el puente.

Ahora las prisas eran otras: su iphone con más velocidad, sus redes sociales, sus artículos singulares y una cuestión que quizás pueda parecer normal, pero que es realmente parte importante del éxito: la tienda hoy es lo que ella siempre quiso que fuera, es su proyecto de vida, su reto hecho realidad. Todo en esas cuatro paredes es a su imagen y semejanza. Nada escapa a su sello personal. 
Lo mismo elige con acierto el papel que decora sus paredes que es capaz en cinco palabras y una foto conseguir más de cien retuits en la red de microbloging. Formada y forjada por numerosas experiencias vitales ha demostrado el talento que tantos le negaron.

Ha pasado un año y ya no hay esos miedos de los inicios. Ahora el escaparate no es el desangelado de los muebles blancos de Ikea, sino que su techo –elegido por ella- es una capilla Sixtina en el corazón de Triana. Todo se ha transformado en su momento y a su ritmo. 

Y ahora la calidez de sus paredes invitan a permanecer en su interior para mirar la Giralda tras sus ventanales, al igual que yo miré un Viernes Santo marcharse al Nazareno de la calle Castilla hacia Sevilla. Y también en ese momento tuvo ella la sensibilidad llena de afecto para captar ese adiós silencioso.

Se podría escribir un libro de anécdotas, de emociones, de sonrisas y de alguna que otra lágrima. Podríamos escribir sesudos comentarios sobre el modelo de negocio y lo variado de la nueva clientela. Pero quizás lo más certero es que después de cincuenta años no hacen túnicas de nazarenos, sino que siguen creando emociones. Y en el fondo lo que ha hecho el que está sentado en su capilla de la calle San Jacinto es recompensar esa creación de emociones haciendo que el sueño de la que le imploraba en la azotea de Pureza sea hoy por hoy una realidad.

El sueño está construido con su mano firme, sin que tiemble como tembló poniéndole a El sus potencias una noche de febrero. Hitos de inviernos que han traído una nueva primavera a su vida.

Y a mí, al plumilla de la casa, me tocó escribir la  historia de la construcción del sueño, pero también me tocó lo más hermoso de todo, que ha sido vivirlo a su lado. Por eso puedo decir con rotundidad, parafraseando a Rodríguez Buzón que mujeres habrá, pero como tú ninguna.


´
Noche del 9 de enero de 2016
Un año después de coger las llaves que abrían las puertas al sueño.
Buenas noches princesa.

Antonio Silva
Periodista




jueves, 26 de febrero de 2015

Era la hora...

Parece que es la hora y no es la hora.
Tomo prestadas estas palabras de Antonio García Barbeito para iniciar este sencillo acto de inauguración del nuevo establecimiento de La Casa del Cofrade, porque después de casi cincuenta años esta empresa familiar ha recogido esas palabras para darles la vuelta y afirmar que esta vez sí es la hora.
Cuando quizás no lo parecía porque todo estaba acomodado en la tienda chica de Pagés del Corro –como le llamamos ahora- se ha tomado una decisión valiente porque ya iba siendo la hora.
Han sido muchas cuaresmas y muchas semanas santas hasta llegar aquí al corazón de Triana, en la Plaza del Altozano.
Pureza, Rodrigo de Triana, Pagés del Corro y ahora…el Altozano. La puerta de entrada a Triana, su corazón.
La decisión de estar aquí es, como toda decisión empresarial, un riesgo. Un riesgo asumido en primera persona y con valentía por Mila, conservadora de la tradición iniciada por sus padres, y quien con un tesón y una constancia envidiable ha conseguido llevar esta Casa de todos los cofrades de Sevilla a cotas impensables en esas cuaresmas de los 60 en las que Ana Amores, su madre, tenía que redondear y cortar capas en el suelo de un viejo dormitorio en los altos del Bar Santa Ana.
Soy testigo en primera persona de las preocupaciones, las noches sin sueño, el esfuerzo y las dudas de Mila. Pero también soy testigo privilegiado, porque tengo la fortuna de compartir mi vida con ella, de los éxitos conseguidos con su trabajo. Del talento y de la capacidad desarrollada día a día hasta llegar aquí.
Y también soy testigo de sus recuerdos de niñez, cuando con solo 14 años era jefa de un taller de bordado a mano –aún sigue bordando como los propios ángeles- y cuando la mandaban de forma cronometrada a cruzar el puente en busca de materiales.
Ahora esa niña que corría presurosa puede asomarse a la puerta de su tienda en el Altozano y ver a unos y otros pasear por ese puente sin prisas. Y muchos de ellos entrar en su tienda para llevar a algún lugar del mundo un recuerdo de Triana comprado en Triana. Artículos muchos de ellos salidos de su imaginación, que les aseguro es desbordante en esta autodidacta, entre otras cosas, de las redes sociales y del comercio tradicional.
Hacer lo que te gusta es libertad. Que te guste lo que haces es felicidad... Y aquí nos gusta lo que hacemos año tras año.
Después de un mes de rodaje en este sitio hacemos este sencillo acto agradeciendo la presencia de todos ustedes y del Alcalde de Triana, Curro Pérez.
Queda mucho camino por recorrer aún, pero no nos faltan fuerzas ni ilusión. El camino andado hasta aquí no ha sido fácil, como nada en la vida lo es. Sin embargo estamos seguros que La Casa del Cofrade inicia un nuevo tiempo en este nuevo emplazamiento. Y ese nuevo tiempo está llamado a convertirse en un referente más del barrio.
Estamos a 34 días del Domingo de Ramos de este año 2015. Cuando ese día, a la Paz en punto en el reloj de Sevilla, que son las doce de la mañana en el reloj universal, todo comience estoy seguro que Mila, aunque agotada, tendrá un segundo para perderse en la bulla de San Jacinto, mirar al Señor de las Penas de sus devociones y agradecerle tantas y tantas cosas que en silencio le pidió desde muy pequeña. Él, que escribe derecho con renglones torcidos, le ha dado a esa niña el mejor regalo que podía. Y que no es otro que su Casa del Cofrade sea el santo y seña para entrar en el barrio. Porque su tienda, la casa también de todos ustedes, está donde tiene que estar: en el corazón de Triana, porque ella si es de aquí. Mila, una enamorada de la Giralda, es de Triana.
Muchas gracias
 
 
Nota: Palabras pronunciadas por el periodista Antonio Silva en la inauguración de la nueva tienda en Plaza del Altozano 17
 

miércoles, 31 de diciembre de 2014

A la Paz en punto...

Esta noche de San Silvestre -un santo sin cofradías- cerramos otro año de nuestras vidas. Un año donde sucedieron muchas cosas y donde tras el esfuerzo del día a día hemos recibido la recompensa de ver, tras los antifaces hechos con nuestras manos, los ojos agradecidos de aquellos que por fin, tras algunos años de lluvias, pudieron hacer su estación de penitencia completa. 

Esfuerzos de una Cuaresma dura, como viene siendo hace casi cincuenta años, en la que cada día y sus cuarenta noches, parece siempre que es la hora y no es la hora. Porque la hora de verdad es cuando amanece el Domingo de Ramos y los blancos nazarenos del Porvenir comienzan a caminar hacia Sevilla. 

Y ese es el reloj que marca nuestro tiempo en el último medio siglo. A la Paz en punto, que son las doce de la mañana según el reloj cofrade, cobra sentido todo el esfuerzo realizado en tardes y noches de nuestra tienda de Pagés del Corro 24. 

Decía la letra de la sevillana que pasa la vida igual que pasa la corriente del río cuando cruza al mar. Y cierto es que la vida de muchos cofrades la hemos visto pasar lentamente este año por el mostrador de nuestra tienda, hacia la inmensidad del mar de cada una de sus devociones. Una vida de niños que hoy vienen con sus hijos, o de abuelos que vienen con sus nietos. Todos en una fidelidad continua al trabajo hecho con esmero en nuestra casa, salido de nuestras manos y de nuestro corazón. Porque los escudos de las capas de los nazarenos sevillanos no se bordan sólo con las manos sino con el corazón de quienes en cada puntada mimamos el oro y la seda para que no pasen frío en la madrugada grande de Sevilla. 

Ahora que se acaba el año vienen a nuestra memoria muchos de esos encuentros y muchos de esos recuerdos. Y aunque sean tiempos de villancicos, seguiremos emocionándonos con la trompetería de Triana en Los Bermejales, porque aunque fuera tan lejos del barrio aquella mañana de sábado de noviembre, pudimos ver sonreír a un niño grande que sabe de caer tres veces en la vida pero que sigue manteniendo viva la sonrisa a pesar de todo. Ese niño grande es mi hermano y ahora que puede seguir sonriendo yo lleno de Esperanza mi vida siendo su cirineo.

En la vida y en los años se dan ciclos, este año que culmina es el cierre de un ciclo. Comienza 2015 y se abre ante nosotros una nueva etapa  que muy pronto en el corazón de Triana nos hará renacer como el azahar florece cada primavera para perfumar a Sevilla o mejor como acaricia en el Barrio León a la que es Salud. 

Les deseo que el 15, la niña bonita, venga lleno de esa Salud, tan bonita como la que habita en San Gonzalo.

domingo, 14 de diciembre de 2014

El calor de la Esperanza


Muchos de los miles de visitantes que acuden a Sevilla en primavera son capaces de sentir y entender nuestra Semana Santa sólo con el sonido de una banda tras un paso de palio o con el crepitar de los cirios de una candelería. Serán capaces de humedecer sus ojos viendo caminar un misterio y sintiendo el aliento expirante del Cachorro.
Son la muchedumbre, la religiosidad popular de masas. Pero hay otra muchedumbre, de Sevilla y de fuera de ella que encuentra calor a sus emociones en el frío de diciembre. Son los devotos de la Esperanza. ¿Hay algo más cálido que estar cerca de la Esperanza?
En diciembre la Realeza toca tierra para que la miremos cara a cara. Y habrá quien dirija sus pasos hacia la Plaza de Carmen Benítez buscando su Gracia de Virgen aniñada. Otros econtrarán el calor en su corazón entre los muros auxiliadores de la Trinidad, donde Ella es el eje troncal del misterio de Dios Padre e hijo. También habrá muchos sevillanos que buscaron su punto cardinal de Esperanza en la divinidad de su advocación enfermera. Y podrán contemplar en el arrabal de San Martín el pequeño fruto del vientre que nacerá en la noche del 24.
La Esperanza, en la ciudad de las Esperanzas tiene muchos trazos en su mapa. La muchedumbre sosegada de diciembre la buscará cerca del río. Y en el viejo templo de la O recordará la antífona sagrada que nos señala a Ella como madre del Dios verdadero. 
Ese gentío que no busca el olor del azahar ni la calidez de la primavera tendrá su eclosión en dos pilares sobre los que se cimentan dos grandes devociones. No habrá las bullas de la madrugada pero si se agolparan los sentimientos como en esa jornada cuando caminemos por Pureza o por Becquer al encuentro de Ellas. Triana y Macarena o Macarena y Triana, que tanto monta como monta tanto. El frío del invierno no se siente tanto en Sevilla porque está al acecho el calor de los corazones que esperan ávidos ver a las Esperanzas de cerca para hablarles cara a cara, de hijos a madre. Para pedirles consejo, para compartir todo un año de vida. 
Sevilla ciudad de la Esperanza. Cuando el año comienza su final nosotros comenzamos nuestro principio. Besamos la mano de nuestras Esperanzas y comenzamos una resurrección que se convertirá en eclosión el 29 de marzo. Será entonces Domingo de Ramos.

jueves, 16 de octubre de 2014

Caye, 6 meses de felicidad...

Tiene nombre de gran torero, Cayetano. Por eso hoy su padre lo felicitaba con un elocuente “6 meses 6” a través de twiter. El tiempo pasa y el pequeño nacido un Miércoles Santo cuando pasaba el Buen Fin por la Campana acude ahora cada miércoles al Centro de Estimulación Precoz de ésta hermandad. Para él ya cada miércoles está siendo un miércoles santo especial para su adaptación a este mundo en el que le ha tocado vivir.
Con la llegada de Caye se activaron las redes para hacer no solo una defensa de la vida, sino un alegato al amor de unos padres por su hijo. A Caye le hemos visto hace poco ser recibido como hermano de su cofradía de Los Gitanos. Orgullo de padre que tendrá continuidad de sentimiento cofrade cuando su pequeño cuerpo lo acaricie la túnica de monaguillo de la Sagrada Mortaja, cofradía maternal donde también se cimentará su educación.
Caye ha sido estos seis meses la mejor reflexión colectiva en las redes sociales sobre la importancia de la vida y sobre la valentía de unos jóvenes padres para, conocedores de la dificultad, seguir sin dubitación hacia adelante con toda la fuerza y energía.
“6 meses 6” y #siempredefrente. Dentro de poco sus primeros Reyes Magos y casi a la vuelta de la esquina el pequeño Caye nos cumplirá su primer año. Lo veremos compartiendo con sus padres las devociones y aficiones y recordaremos esos días difíciles de Barcelona donde los médicos se preguntaban quién era ese niño tan famoso del que se hablaba en internet. Era Caye, un soplo de vida y de aire fresco para esta vida tan llena de dificultades. Él y sus ganas de vivir nos han dado una lección a todos. 

Felicidades Caye y que cumplas muchos más.


miércoles, 18 de junio de 2014

... la mejor red social de mi vida

La verdad en la vida se mide por las personas que hacen capaces que la vida continúe. Y llegamos a un nuevo Miércoles Santo, en el ecuador de la Semana Santa, con la verdad renovada de un año más juntos. Es como un rito que va clavado en nuestra memoria y aunque parezca siempre igual, siempre es distinto.
Este paso de misterio de dimensiones de barco comienza su rachear cuando los vivarachos ojos de los niños van despidiendo al Rey negro y llegado este día, cuando acaba de verdad la Cuaresma, arria sus zancos con el deber cumplido.
Los buenos pasos tienen un buen capataz y una buena cuadrilla, pero sobre todo tienen un buen confianza. Esa persona que es el referente, al que siempre se llama para decirle a todos que sin él no es posible la andadura. Hoy quiero dedicar estas palabras al confianza. Y quiero imaginar ese diálogo lleno de Pureza que espero nunca falte. Porque en las buenas cuadrillas el capataz siempre llama por el mismo nombre al confianza, vaya o no vaya bajo las trabajaderas.
Por eso este Miércoles Santo de Arenal y San Bernardo me gusta oír esa voz de mando del capataz que en su nombre lleva lo que de verdad es la Semana Santa: un milagro, e imaginar ese diálogo de amores.

Anita estás puestas?
Estamos
Que voy a llamar!!!
Llama cuando quieras que aquí está tu gente venida de aquí y del otro lado para levantar con fuerza el barco
Tos por igual valiente. Al cielo …..

Y ahí se rompió la voz porque no era al cielo con El ni con Ella. Es al cielo y a la gloria con el confianza, con el que siempre está ahí para escuchar al capataz, para ser el pilar sobre el que se ha construido la historia y la leyenda. Se llama Ana Amores. Es mi madre y es la mejor red social de mi vida, porque su red es la de verdad, la tejida con su esfuerzo para que yo nunca me caiga.
Gracias y venga de frente que Sevilla y  Triana disfruten un año más del paseo que le damos a este barco que se llama La Casa del Cofrade.

sábado, 8 de febrero de 2014

El comercio tradicional de siempre, el terrritorio de nuestros amores...


Estamos ahí desde no se sabe cuándo. Parece que formamos parte del paisaje de la ciudad. Hemos resistido a los años, a las grandes superficies, a los chinos y a la crisis. Somos el comercio tradicional, el de toda la vida, ese donde te conocemos por tu nombre y donde te hemos visto crecer. El lugar donde te trajo tu madre de pequeño a comprarte la túnica y ahora tú traes a tu nieto. Porque al igual que tú formas una familia, nosotros también somos una familia que desde hace casi medio siglo se dedica en cuerpo y alma a vestir la Semana Santa de Sevilla.
Cuando vienes a tu comercio de toda la vida sientes la atención personal y no que eres un consumidor, sino un cliente. A veces, tú quizás no lo sepas cuando sobre el mostrador derramas tus emociones de tu primera túnica, sentimos contigo la emoción de saber que nuestro esmero en hacerte la túnica te ha permitido sentirte más arraigado a la fe que te enseñaron tus mayores. Y esa satisfacción la compartimos en silencio y con alegría porque nosotros sentimos a esta ciudad como tú, porque este es nuestro territorio vital, la Sevilla de nuestros amores.
En el comercio tradicional también vemos como, la ambición desmedida de algunos, intentan con malas copias apoderarse del trabajo honrado que otros han fraguado a través de los años siguiendo una tradición que va de padres a hijos. Y en esos momentos es cuando más sentido cobra la famosa frase de “el cliente siempre lleva la razón”, porque el cliente es el que marca claro los límites del territorio y pone a cada uno en su sitio. 
En Sevilla, en nuestra Sevilla, ninguna artimaña de mercadillo de baratijas podrá nunca con el comercio tradicional, por mucho que se pretenda disfrazar la realidad o hacer ver lo que nunca fueron. A los cortos de mira los árboles no les dejan ver el bosque, sobre todo cuando el árbol es tapado por la opulencia de la mediocridad. 
En estos momentos de dificultad económica y de retroceso del consumo el comercio tradicional sigue siendo ese lugar cercano donde no le hacemos sentir como consumidores sino como clientes. En nuestra casa, 
en La Casa del Cofrade, siempre hemos pensado así. Ustedes son nuestros clientes, a los que nos enorgullece vestir para la Semana Santa, la suya y la nuestra. Por eso, ahora que estamos a menos de un mes del Miércoles de Ceniza solo nos queda darles las gracias por su fidelidad y ponernos, como llevamos haciendo hace años, a su servicio.