La verdad en la vida se mide por las personas que hacen
capaces que la vida continúe. Y llegamos a un nuevo Miércoles Santo, en el
ecuador de la Semana Santa, con la verdad renovada de un año más juntos. Es
como un rito que va clavado en nuestra memoria y aunque parezca siempre igual,
siempre es distinto.
Este paso de misterio de dimensiones de barco comienza su
rachear cuando los vivarachos ojos de los niños van despidiendo al Rey negro y llegado
este día, cuando acaba de verdad la Cuaresma, arria sus zancos con el deber
cumplido.
Los buenos pasos tienen un buen capataz y una buena
cuadrilla, pero sobre todo tienen un buen confianza. Esa persona que es el
referente, al que siempre se llama para decirle a todos que sin él no es
posible la andadura. Hoy quiero dedicar estas palabras al confianza. Y quiero
imaginar ese diálogo lleno de Pureza que espero nunca falte. Porque en las
buenas cuadrillas el capataz siempre llama por el mismo nombre al confianza,
vaya o no vaya bajo las trabajaderas.
Por eso este Miércoles Santo de Arenal y San Bernardo me
gusta oír esa voz de mando del capataz que en su nombre lleva lo que de verdad
es la Semana Santa: un milagro, e
imaginar ese diálogo de amores.
Anita estás puestas?
Estamos
Que voy a llamar!!!
Llama cuando quieras que aquí está tu gente
venida de aquí y del otro lado para levantar con fuerza el barco
Tos por igual valiente. Al cielo …..
Y ahí se rompió la voz porque no era al cielo con El ni con
Ella. Es al cielo y a la gloria con el confianza, con el que siempre está ahí
para escuchar al capataz, para ser el pilar sobre el que se ha construido la
historia y la leyenda. Se llama Ana Amores. Es mi madre y es la mejor red social de mi vida, porque su red es
la de verdad, la tejida con su esfuerzo para que yo nunca me caiga.
Gracias y venga de frente que Sevilla y Triana disfruten un año más del paseo que le
damos a este barco que se llama La Casa
del Cofrade.