miércoles, 31 de diciembre de 2014

A la Paz en punto...

Esta noche de San Silvestre -un santo sin cofradías- cerramos otro año de nuestras vidas. Un año donde sucedieron muchas cosas y donde tras el esfuerzo del día a día hemos recibido la recompensa de ver, tras los antifaces hechos con nuestras manos, los ojos agradecidos de aquellos que por fin, tras algunos años de lluvias, pudieron hacer su estación de penitencia completa. 

Esfuerzos de una Cuaresma dura, como viene siendo hace casi cincuenta años, en la que cada día y sus cuarenta noches, parece siempre que es la hora y no es la hora. Porque la hora de verdad es cuando amanece el Domingo de Ramos y los blancos nazarenos del Porvenir comienzan a caminar hacia Sevilla. 

Y ese es el reloj que marca nuestro tiempo en el último medio siglo. A la Paz en punto, que son las doce de la mañana según el reloj cofrade, cobra sentido todo el esfuerzo realizado en tardes y noches de nuestra tienda de Pagés del Corro 24. 

Decía la letra de la sevillana que pasa la vida igual que pasa la corriente del río cuando cruza al mar. Y cierto es que la vida de muchos cofrades la hemos visto pasar lentamente este año por el mostrador de nuestra tienda, hacia la inmensidad del mar de cada una de sus devociones. Una vida de niños que hoy vienen con sus hijos, o de abuelos que vienen con sus nietos. Todos en una fidelidad continua al trabajo hecho con esmero en nuestra casa, salido de nuestras manos y de nuestro corazón. Porque los escudos de las capas de los nazarenos sevillanos no se bordan sólo con las manos sino con el corazón de quienes en cada puntada mimamos el oro y la seda para que no pasen frío en la madrugada grande de Sevilla. 

Ahora que se acaba el año vienen a nuestra memoria muchos de esos encuentros y muchos de esos recuerdos. Y aunque sean tiempos de villancicos, seguiremos emocionándonos con la trompetería de Triana en Los Bermejales, porque aunque fuera tan lejos del barrio aquella mañana de sábado de noviembre, pudimos ver sonreír a un niño grande que sabe de caer tres veces en la vida pero que sigue manteniendo viva la sonrisa a pesar de todo. Ese niño grande es mi hermano y ahora que puede seguir sonriendo yo lleno de Esperanza mi vida siendo su cirineo.

En la vida y en los años se dan ciclos, este año que culmina es el cierre de un ciclo. Comienza 2015 y se abre ante nosotros una nueva etapa  que muy pronto en el corazón de Triana nos hará renacer como el azahar florece cada primavera para perfumar a Sevilla o mejor como acaricia en el Barrio León a la que es Salud. 

Les deseo que el 15, la niña bonita, venga lleno de esa Salud, tan bonita como la que habita en San Gonzalo.

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