sábado, 19 de octubre de 2013

Amor y Pasión

Cuando una lágrima brota desde la emoción de estar cerca de tu Cristo es cuando de verdad te paras a pensar en tu vida como una película que pasa rápida y fugaz ante tus ojos. Cada vez que lo buscamos en su capilla o lo vemos avanzar hacia nosotros en la calle estamos repasando el calendario de nuestra vida en la mente. La vida se cuentan no por el aire que respiramos sino por los momentos que nos dejan sin respiración. Y esos momentos siempre anhelan un Amor y una Pasión como los que cobija la iglesia del Salvador. Nuestro anhelo en la vida siempre es de ser felices, de encontrar la paz interior y de pasar por este mundo sin desazón ni dolor. No siempre podemos conseguirlo. A veces porque nosotros mismos no somos capaces de encauzarnos y nos frustamos y otras muchas porque el entorno hostil que nos rodea y acosa nos hace la vida insoportable. Lo que ocurre es que siempre debemos pensar que detrás de la Sentencia siempre viene la Esperanza como dijo el poeta Caro Romero. Y nada ni nadie podrá sentenciar nuestra vida si a nuestro lado en el anhelo del Amor y la Pasión tenemos el refuerzo de la Esperanza. En esta Cuaresma complicada y difícil la Esperanza en una vida mejor es el pilar sobre el que sustentamos la Semana Santa que viviremos en paz y felicidad si Dios quiere. Este año cuando volvamos a sentir las lágrimas al ver al Cristo de nuestras devociones habrá motivos para la Esperanza porque el dolor de muchos años arrodillada ante El se comenzará a tornar en Esperanzas de Amor y de Pasión. No hay ninguna cosa seria que no se pueda decir y sentir con una sonrisa. Este año más que nunca debo sonreír a la vida. Quien da alegría recibe alegría y felicidad. Quien da Amor y Pasión recibe lo mismo. Quien no da nada no recibe nada. No me cabe duda. 

Las manos del Gran Poder


Las manos del Gran Poder son uno de esos símbolos inmateriales de la Pasión según Sevilla. Decía el poeta refiriéndose a El "Jesús mío del Gran Poder, Divina y Buena Persona". Y es esa frase la que puede resumir lo que representan sus manos entrelazadas en el besamanos de cada Martes Santo. El gesto de no abrazar un día la cruz y ofrecernos sus manos sencillas, curtidas de la vida, es la mejor forma de humanizar su figura. El Gran Poder de Dios en unas manos acariciadas por siglos de besos y prendidas de ilusiones y rezos. Cuanto han oido esas manos, Cuantos anhelos se han aferrado a ellas. Para mí hay dos imágenes cuyas manos son portentosas. Las manos de la Virgen de la Estrella y las manos del Gran Poder. 
Si el beso en su talón es una oración en sí misma, sus manos cruzadas sobre la pierna de la poderosa zancada son todo un credo de fe según Sevilla. Manos de paz frente a las manos tensas del dolor del Señor de las Penas de Triana. Manos de entrega en San Lorenzo y manos entrelazadas mirando al cielo como ultimo servicio a la humanidad. Manos del Gran Poder donde la ciudad y su fe del carbonero se agarran por los siglos de los siglos. Las manos del que es divina y buena persona.