Dentro de un par de semanas se
llevará a cabo el Vía Crucis del Año de la Fe promovido por el Arzobispado de
Sevilla y acatado por el Consejo de Cofradías. Una celebración que se sale de
lo que tradicionalmente han querido las cofradías cuando han tenido que
recordar unas efemérides, y que es ni más ni menos que un Santo Entierro
Grande. La organización del Vía Crucis está trayendo numerosos roces internos
en algunas hermandades que han visto como en menos de dos meses tienen que
hacer importantes desembolsos económicos para sacar sus pasos a la calle. Y eso
precisamente en un momento social y económico donde muchos hermanos sufren el
azote del desempleo.
El Ayuntamiento en todo este
asunto de la ocupación cofrade de la vía pública está un poco de perfil, entre
otras cosas por la falta de experiencia de los gestores del Cecop. Y ha tenido que
ser la subdelegación del Gobierno la que ha venido a poner cordura en los
horarios e itinerarios previstos en su día.
De puertas para afuera se está
dando una sensación de improvisación en algunos aspectos organizativos y de
puertas para adentro hay demasiado acatar las instrucciones de Palacio. Por si
fuera poco el promotor ha tenido la poca vista de poner el Vía Crucis un
domingo, cuando lo que realmente sería beneficioso para la ciudad es un sábado.
El propio presidente de la Asociacion de Empresas Turísticas, Antonio Tavora,
ya ha dicho que turísticamente no aportará nada a la ciudad. Y Távora no es
sospechoso de nada. Ha sido hermano mayor de Santa Marta y hasta hace poco
miembro del comisionado de San Esteban.
Es evidente que Sevilla para el
Año de la Fe podría haber hecho las cosas mejor. Seguro que si el Arzobispado
hubiera pedido a las hermandades ideas para esta conmemoración habrían salido
muchas, y seguro que mejores. Desde el Santo Entierro grande, al que tan bien
le tienen cogida la medida los cofrades, hasta unas Misiones como las del año
1965. Sevilla tenía su Vía Crucis del primer lunes de Cuaresma y no necesitaba
este remedo del de Madrid con las Jornadas de la Juventud. A ese ya fue la
Virgen de Regla y demostró que el tirón de la religiosidad popular se lo llevo
el palio sevillano por la calle de Alcalá. El Sur tiene su propia forma de
manifestar la Fe. Y en este Año de la Fe no se la pedido opinión a las
cofradías, se les ha impuesto un Vía Crucis. Menos mal que la Semana Santa está
este año cerca y con la llegada del Domingo de Ramos se olvidará todo y
volveremos a la esencia de lo que es la Fe cada año según Sevilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario